Historias y leyendas

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Este espacio ha sido creado gracias a la colaboración de Carmen Argüeso Usamentiaga, aportando los escritos de su tio abuelo Valentín Usamentiaga Jareda.

Para todos los que quieran contar aquellas historias o leyendas transmitidas por su mayores y que ayuden a recuperar la memoria histórica de Alfoz de Lloredo. Rogamos se traten con especial delicadeza y respeto, aquellos personajes que pudieran intervenir en alguno de los relatos. Reservamos el derecho de edición.
Si quieres publicar aquí tu "Historia o Leyenda" de Alfoz de Lloredo, ponte en contacto con nosotros en info@alfozdelloredo.net.

 

En el año 1.666, escribía yo el Libro OREÑA PUEBLO CON MIL AÑOS, y me basaba en la ermita de San Bartolomé del Barrio de Caborredondo. Pues según, la tradición en este pueblo data del siglo nuevo y hay cosas q dan fé, pues el Castillo de Perelada de los Marqueses de Quintana, que el que escribe estas líneas conoció las ruinas, nos hacían comprender que era milenario, no así los Palacios que ya algunos decían que habían sido construidos en el año 1.7 (¿), y otra de las construcciones que también lo demuestran es el hoy Campanario, (Antiguo Faro).
Pues es tradición en este Pueblo que la Iglesia se acopló a Faro muchos años después, pues la Iglesia sufrió un incendio en el año 1.500 y fue reconstruida. En esto o ésta reconstrucción apareció el año grabado en el interior de la misma y cuatrocientos y pico años después volvió a ser reformada.
 
Valentín Usamentiaga
Hace unos treinta años hubo una competición deportiva en este Pueblo de Oreña que consistió en un Torneo de Fútbol entre los Pueblos vecinos. Entonces, el equipo representativo de Oreña era el CLUB DEPORTIVO CALDERÓN, y yo recuerdo que presidió los encuentros un Banderín en el que aparecía el Escudo de Oreña, que no recuerdo entre quiénes se acordó aquel Escudo. Llevaba el Puerto Calderón el Faro de la Iglesia con ella acoplada, pero no estoy seguro si llevaba las dos Calderas, símbolo de la estirpe de los Calderones, que esta vieja y famosa familia era lo más representativo de este Pueblo.

En la vieja carretera, que desde Novales pasaba por Cilda, se encuentra esta vieja ermita con poca historia. No así la Venta que en su tiempo fue tristemente célebre por un repúgnate crimen que allí se cometió.

Habitaba dicha Venta una señora, que por el hecho de vivir sola, podemos calificarla de “Arma Tomar”. Entonces era corriente ver los osos y los lobos por aquel monte, pasaban por este camino hombres y mujeres desde Comillas y además pueblos con dirección a Torrelavega y el resto de la comarca. Una de las que frecuentaba el camino era la de Cóbreces y tenía amistad con la de la ventera. Al pasar cierto día, le hizo varias preguntas sonsacándole a la pobre mujer de Cóbreces a lo que iba. Esta señora tenía a su marido en Filipinas y le había mandado una letra, por lo que se desplazaba a Torrelavega a cobrarla. La ventera, tan pronto supo esto, empezó a premeditar la forma de pasar el dinero a su poder.

En el año 1.111, la Reina Doña Urraca, dona el Cabildo del Santillana toda su heredad en el Valle de Oreña, según términos antiguos, es decir, desde Peña de Alba por el sabledo de Santa Eulalia de Luaña hasta la Peña Carminy el Piélago de Palambrera.

El 13 de Marzo de 1.868 Oreña solicita de otra Reina la separación del Ayuntamiento de Santillana de Alfoz de Lloredo.

Toda persona al mencionar este castillo pensará en la provincia de Gerona, pero no es así. En el Barrio de Perelada, en el pueblo de Oreña, hemos tenido hasta hace poco tiempo restos de lo que fuera propiedad de los Marqueses de Quintana. Nadie supo en Oreña a quién perteneció este castillo, pero la casualidad puso en mis manos un libro editado en el año 1890 en Matanzas (Cuba), la fecha se la arrancó algún lector desaprensivo y de este libro copio lo siguiente:

Esta enorme Cueva mira el Noroeste y tiene un portalón de unos dieciocho metros de largo por ocho de fondo, en donde tiene su parte la Cueva. Ha sido cerrada por orden de Bellas Artes para evitar los abusos que se venían cometiendo en ella. Se personó en su yacimiento D. MIGUEL ANGEL GARCÍA GUINEA quien ordenó cerrarla para hacer los reconocimientos cuando se pueda, lo cual todos hemos aplaudido.

Este Puerto, orgullo de Oreña y capricho de la naturaleza, es un marco incomparable de belleza natural. Rodeado de misterios, al igual que todo lo que se escribía de éste pueblo...viejo, con pocas leyendas y que el visitante ha de hacerse una idea de lo que puede ser esto y aquello..

Así ocurre con Puerto Calderón, ya no quedó nada de lo que fuese el Palacio de los Calderones, estuvo enclavado en lo más céntrico del terreno que rodea el Puerto y sus piedras de sillería fueron empleadas en la reconstrucción del viejo molino de Serranía.

Camino del Barrio del Torriente y sitio de hoyos hay un Castro con varias cuevas, llamadas, vulgarmente, LAS JUNCANAS. Varias están habitadas y otras no, debido a la maleza barda, castellana que no se puede quemar porque no arde, y que, como Cualventy, costaría mucho ponerlas a la luz. Pues estas cuevas, sus niveles, casi las cubren. En una de ellas, bien camuflada y por encima de la boca del Barrio de Bárcena se han encontrado pequeños trozos de cuerpos humanos, asegurando uno de los expertos del Museo Provincial, que son Prehistóricos.

Este viejísimo molino, muy cerca del Puerto y que hace muchísimos años fue reconstruido con los últimos sillares del Palacio de los Calderones, es el sitio más solitario de Oreña. Los molineros, que se sucedieron a lo largo de su historia, fueron hombres bregados pues pensando solamente en el rugido de permanente de la Cueva de Oreña, a pocos metros, no se sabe cómo podrían conciliar el sueño, pero a pesar de esto ha estado siempre habitado.

Estas cuevas, en el sitio de Cubias, muy cerca del mar, también fueron habitadas pero por el hecho de haber sido empleadas como vivienda, en el siglo pasado por una familia del pueblo, no se da la importancia a lo que allí se ha encontrado.
Valentín Usamentiaga

Esta cueva natural, capricho de la naturaleza, es una boca rasgada en vertical sobre un castro donde se estrellaban las olas del mar, y a varios metros, otras en redondo al nivel del agua. En mareas altas se comunicaban dentro del océano desde el castro pero muchos metros al interior, y al no tener salida, en el retroceso, formaban un ruido infernal conocido como un barómetro natural. El eco se oye desde los pueblos altos de la provincia y su refrán popular dice:

“Cuando la Cueva de Oreña ruta, unce los bueyes y vete a por la leña”

Por el año 1.933, se hizo un reparto de parcelas a los vecinos del Pueblo de Oreña, en el Monte Cilda, tocándole en suerte, una de ellas, al vecino de este Pueblo D. FLORENCIO BLANCO, que al igual q los demás, lo primero que hizo fue cerrarlas y construir una cabaña, hacer estiércol y con ello hacerlas praderas. Buscaba el sitio más resguardado para construirla y FLORENCIO escogió la orilla de un peñasco, disponiéndose a limpiar la maleza, he aquí que, cuando terminó, vio una piedra muy fina y procuró sacarla con mucho cuidado, ya que le hacía falta para el suelo del establo que pensaba edificar.

Si las leyendas del Pueblo de Oreña son muy pobres, no así las que tenemos al día, pues de generación en generación se viene transmitiendo la de San Bartolomé. Esta joya mozárabe que su mayor riqueza es su pobreza y que, nos dijeron nuestros antepasados, fue construida en el siglo IX . Su arco, que en su construcción sufrió un poco de variación, es lo que más llama la atención a los visitantes. Sus ventanas, sin guardar simetría, parecen hechas por aficionados, lo contrario de su arco.

Voy a dejar la Prehistoria y escribir algo de la Historia de este Pueblo...Para empezar por lo que creo más viejo, aunque hay cosas viejísimas en él.

La Garita, nombre tan popular en el Pueblo de Oreña, tengo la seguridad que le preguntan a sus vecinos y todos le indican en dirección a Cilda, pero de éstos no hay cuatro que sepa lo que significa.

Este remanso de paz, junto con el fatídico Mediajo, es sin duda donde se conservan las cicatrices permanentes de la Era Mesozóica (periodo jurásico). A la derecha, piedras menudas, sus cuevas se resistieron a salir por los aires ante aquella enorme explosión. Con millones de piedra viva, las cuales, al no ceder, salieron despedidas; dejaron unos huecos de media circunferencia que aún se conservan, por si vuelve a repetirse.